Comportamiento
Los osos polares deben mantenerse en cautiverio en parejas, en tríos de dos hembras y un macho o en un grupo de varias hembras, estos tres tipos de grupos son los mejores pero podremos tener varios machos juntos siempre y cuando no tengan contacto con hembras y que no sean agresivos. En el zoológico los osos pasan el día bañándose o tumbado. Como la mayoría de los osos mantenidos en cautividad son propensos a tener estereotipias como balanceo, falta de energía o movimientos repetitivos, estos animales deben estar provistos siempre de gran variedad de juguetes y enriquecimiento como bolas, bidones, pescado vivo o bloques de hielo, todo lo que se nos ocurra
para crear un estimulo y evitar que se aburran. Cuando nos cedan un nuevo ejemplar con fines reproductivos debemos llevar la introducción a cabo con cuidado y de una manera segura para los animales y cuidadores. Debemos dar tiempo al oso para acostumbrarse a su nuevo recinto y nuevos cuidadores, los osos deberán tener contacto visual y olfativo entre si para que se vallan acostumbrando. Los signos de que la introducción es positiva son que el oso se restriegue por la valla o que tenga una actitud de juego, los signos negativos son gruñidos o morder la valla. Si vemos que no hay signos de agresión ni estrés deberemos pasar a un contacto completo, sin barreras, si empiezan a pelearse para separarlos podemos usar agua a presión o extintores. Todo este procedimiento debe estar
supervisado por cuidadores con mas experiencia. No se recomienda que los osos convivan con otras especies. Los osos deben ser entrenados para diversas tareas que faciliten el examen físico y la tarea del veterinario como por ejemplo que se meta en un cajón, que abra la boca, nos permita sacarle sangre. Los osos polares reconocen a su cuidador rápidamente mediante el olfato, la vista o el oído. Debemos crear una relación de confianza entre el animal y el cuidador pero nunca olvidaremos que es un animal muy peligroso
muy interesante
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